En los vivos rayos
Del astro de fuego,
Tu imagen me guía,
Y perdido vengo...
En las frías tristes
Veladas de invierno,
Invisible llama,
Me quema tu aliento.
Cuando ya al dormirme
Me despierta un beso,
Siento que me tocas,
Y yo no te siento...
Yo escribo, y la letra
De mis versos leo;
Y yo no te miro,
¡Y estás en mis versos!
De la feroz envidia el áspid negro
Jamás pudo abrigar el alma mía...
Más si llego a saber que amas a alguno,
¡Me matará la envidia!
Perdona si una frase
De este amor insensato,
Herir logró importuno
Tu corazón, a mi desdicha extraño...
Es que rebosa a veces
El dolor en el pecho infortunado;
Y sin sentirlo, el alma
Se escapa en una frase por los labios,
Yo me tuve la culpa... ahora que lloro,
Comprendo que fui necio...
¿Lo que juzgaba amor, nada más era
El hermoso fantasma de un ensueño?
Iluminó el albor de eterno día,
La amarga realidad...¡Y no hay remedio!
cuando me convencieron tus desdenes,
Ya el mal estaba hecho
—"¿Los versos?... ¿de qué valen
Ni quien se ocupe de ellos?...
Los versos solo sirven
Para perder el tiempo." —
¡Desventuradas gentes,
Y pobres de mis versos, Si yo ignorara, hermosa,
Qué tú no dices eso...
Si no supiera acaso,
Qué es tu alma pura un cielo,
Luceros tus ideas,
Y un sol tu pensamiento!
—"¿Los versos?... ¿de qué valen
Ni quien se ocupe de ellos?...
Los versos solo sirven
Para perder el tiempo." —
¡Desventuradas gentes,
Y pobres de mis versos, Si yo ignorara, hermosa,
Qué tú no dices eso...
Si no supiera acaso,
Qué es tu alma pura un cielo,
Luceros tus ideas,
Y un sol tu pensamiento!
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