III
No sabes que te quiero; nadie sabe
que te idolatro yo, dulce bien mío,
porque no tienen frases las sonrisas,
porque no tienen lengua los suspiros,
IV
Cuando al ardiente hechizo
de tu hermosura pálida,
buscaba como tantos
tu risa y tu mirada,
¿A quién, di, sonreías,
aterradora estatua?
¿A quién estabas viendo
cuando a nadie mirabas?
"Biblioteca de autores Mexicanos (1883)"
-
Ecos
lunes, 12 de diciembre de 2011
By: Unknown Tags: poesía | Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook |
0 comentarios :
Publicar un comentario
Dame más inspiración dejando un comentario